Lapsus pendejus, como diría Sandra. De esos tuve varios ayer y un par hoy.
1.- Primero cuando fui al Doctor a revisar mi uña mal cortada y mal crecida, no vi la rama ancha de un árbol que estaba sobre la banqueta y mi brazo izquierdo chocó con ella. No me quise ni sobar, pero me dolió tanto que de seguro no hubiera podido pronunciar palabra.

2.- Luego, al volver a casa, entro a la cocina y no le mido bien y ¡ZAZ!, que me pego de nuevo en el mismo brazo en el mismo lado (debajo del hombro) con el marco de la puerta. Chale.

3.- Luego cocinando me agacho a probar o no recuerdo a qué pero a algo, y tampoco le mido y ¡paz! que me pego con la campana en la frentesota. No, ese no me dolió porque la campana es como de aluminio, pero por lo mismo fue como si rebotara sobre el aluminio y mi cabeza estaba como dando vueltas, rebotándole algo adentro.

4.- Y hoy, para acabarla, abro la llave del filtro para echarle agua a la olla y hervir las calabazas, me volteo a ver como van mis huevos ahogados y ¡oi! se me olvida cerrarle y hago un charco en la barra que se escurre hasta los cajones de las ollas. Bien, a limpiar todo.

Espero y esto sea realmente un lapsus y no le de por quedarse permanente en mí.
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