A veces creo que son más de 2 las que viven en mi cabeza.
Y además los fantasmas, que son tantos que andan peleando hasta el ático.
Más los sueños, que aunque andan dormidos, ocupan espacio.
Y las ganas, que aunque son pocas y tan efímeras van dejando un poco de equipaje.
Y qué decir de los deseos. Son tantos que ya no caben en un sólo lugar.
Y ninguno paga alquiler, todos clavan adornos en la pared
y al parecer a nadie se le ha ocurrido restaurar.

Son tantos los inquilinos en mi cabeza que hay sobre población
y las voces son tantas, que hacen tanto ruido que nadie logra descansar.

Cómo desalojarlos si la renta es congelada y el pago es gratuito.
Pero por lo menos, alguien tiene que callar a las voces, para que los sueños... sigan dormidos.

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