Hoy he llorado mucho y no sé por qué.
Siempre he sido chilloncilla, me conmuevo fácilmente por películas, mis niños... pero hoy me ha dado por llorar.

Llorar por sentirme querida, por sentirme rechazada, por sentirme alegre, por sentirme tranquila.
Hoy he llorado mucho porque he vuelto a sentir ilusión con mi futuro, próximo y lejano. Porque otra vez siento esa fuerza que renace desde dentro, desde el fondo de mis entrañas y que sentí que me había abandonado convirtiéndome en una esponja que absorbía las cosas malas y se las guardaba.

Hoy he llorado porque sé que debo de despedirme de manías de antaño, de aceptar que las cosas no son como las he soñado y en cambio, la vida me ofrece otras cosas hermosas para compensarlo.

Hoy he llorado mucho porque he visto fotos de mi viaje y me sentí tan afortunado de ver esos cielos.
Hoy he llorado mucho porque escucho música que me pasó mi papá y al cual sentí por instantes que volví a recuperar y volvió a convertirse en mi padre.

Hoy, lloro... y sin embargo, mis lágrimas saben distinto y en otras tristezas en esta me ha dado por comer brócoli. Sólo tengo ganas de comer arbolitos verdes como dirían mis sobrinos.

Hoy quisiera dormir acompañada o ver una película.

Pero me conformo con soñar.
* * * *

Comentarios

Entradas más populares de este blog