Auch...
Nunca he querido hacerte daño porque siempre me he considerado una buena persona...
pero esta sensación que me provoca saber de ti... este monstruo que me nace con las ganas de saberte un poquito infeliz
me hace sentirme el ser humano más horrible.

Por ello era una ermitaña. Vivía en el exilio de mi habitación hasta sentir que podía partir, partir a donde fuera pero lejos, lejos de los recuerdos y no de esos de amor y las esquinas rosas. Sino de esos que no me gustan de mi misma, de esos que me duelen de mí para mí... de haberme sabido tan ingenua, tan soñadora, tan sumisa, tan irracional, tan iracunda, tan en la locura...


Me gustaría pensar cosas más bonitas pero ¿sabes? No puedo evitar sentir que el cuerpo se me llena de rencor... un rencor que al final no es más que dolor, uno profundo por el daño que me hiciste y por el cuál jamás fuiste capaz de pedirme perdón.

No quiero volver al exilio. A penas otra vez me gusta el sol sobre mí y sonreír y usar "happy colors" en la ropa y sentirme bonita y llena de optimismo y amor y sentir que a lo lejos alguien puede enamorarse de mí. Me siento tan bien conmigo como cuando te conocí...

No me gusta sentir ese dolor, ese hastío y esa soledad que me impregna paradójicamente tu presencia.

No quisiera hacerte daño y en el fondo tampoco saberte infeliz, pero pensar que no sufres o no sufrirás ni un poquito lo que yo me hace sentir pena de mí misma. Y esto tan cansada de sentirla que me ahoga la sola idea.

No quiero exiliarme en mi cuarto lleno de mí mas no quiero salir a la calle sabiendo que puedo encontrarte y sentir que el monstruo que llevo dentro me dirá en silencio:

Ojalá sufriera lo que tú.

Porque vuelvo a sentirme una mala y horrible persona que he intentado no ser jamás.
* * * *

Comentarios

Entradas más populares de este blog