Sólo bastó mirarte a los ojos, otra vez,
mirar, a través de tus nubes, el porvenir nuevo
lo que se había escondido con los años
lo que se creyó perdido pero que siempre
siempre estuvo allí.

Esta vez no hay prisa alguna, ni urgencia
ni nada...
sólo hay deseos, deseos inmensos
de volver a comenzar
con tus ojos en mi espalda
llenos de raíces que me digan por dónde ir.

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